Nota sobre Juan Del Prete para la revista Maserati
SER ARTISTA EN LOS ZAPATOS DE JUAN DEL PRETE
(Vasto, Italia 1897 - Buenos Aires, Argentina 1987)
Del Prete fue un artista insaciable, un transformador voraz que no permitiría que ninguna tendencia plástica le impusiera límites y lo acomodaran a las demandas del mercado de arte.
Juan Del Prete nació en la localidad de Vasto, Italia, en 1897, donde aprendió a poner los pies en la tierra desde pequeño, fruto del sentido de la realidad que se imponía en aquella Italia y de la herencia artesanal de su padre, Don Vicente Del Prete, zapatero. Aprendió su oficio, su dignidad y años después, su sueño de tiempos mejores que los radicó en Argentina.
Llegó a ese imán que fue La Boca para los inmigrantes italianos, a esa escuela del color a la cual Del Prete no abandonó jamás. El desarraigo, el oficio, la lengua, el futuro, los sueños, la nostalgia, lo nuevo, la infancia, todo jugando y forjando al mismo tiempo el alma de un pequeño hombre sensible, que se iría construyendo en un artista enorme.
Del Prete fue un pintor de La Boca, como lo han sido Quinquela, Lazzari, Cúnsolo, Lacamera. Paisajistas del puerto y del trabajo rudo. Es conmovedor observar la similitud, el parentesco de sus paletas y el destino estético de cada uno de ellos. Algunos, clásicos, lograron encontrarlo tempranamente y jugaron cuanto les dio la vida con las luces y el color, con los soportes y las técnicas. Del Prete fue un artista insaciable, un transformador voraz que no permitiría que ninguna tendencia plástica le impusiera límites y lo acomodaran a las demandas del mercado de arte.
Abordó la escultura, probablemente tentado por los mascarones de proa que navegaban el Riachuelo mirándolo de frente. No eran tiempos de museos, y las publicaciones eran pocas y lejanas, pero los estímulos estaban ahí, para un pintor como Del Prete.
Hay muchas y diferentes maneras de abordar su obra, desde sus períodos figurativos, que atraviesan el fauvismo, que él no conocía y una línea de dibujo cercana a Pablo Picasso, (donde tampoco faltaron críticos y colegas que han emparentado su manejo del color a Paul Cezanne, a quien tampoco conocía) y sigue su tránsito plástico atravesando la abstracción, desde el arte concreto hasta el informalismo. Se mantuvo fiel al óleo a lo largo de su carrera y se valió de cuanto objeto pudo para aplicar otras de sus técnicas preferidas, el collage.
Incómodo en la academia, en sus propias estaciones estéticas, incómodo en su taller atiborrado de obras, incómodo en muchos espacios de arte que le imponían condiciones que no aceptaría jamás. Artista incómodo para él y para los demás.
Viajó becado a París y formó parte del grupo de "abstracción, arte no figurativo" que lo afectó profundamente, que lo sacó de un mundo plástico material y le abrió las puertas a un concepto espiritual de la búsqueda pictórica que él seguiría como uno de sus principios esenciales. En el año 1933 realiza la primera muestra de arte abstracto realizada en Argentina.
Las condiciones de espacio de su taller y su manera de resolverlo dan una idea de su personalidad y de la fidelidad a sus convicciones. El libro Obras destruidas de Juan Del Prete, editado en 1971, da testimonio. Del Prete fotógrafo registra la obra transformada en espacio para seguir obrando. Textos de Yente, su artista compañera; su propia fotografía y diagramación, exhibe el vínculo tenaz que mantenía con su búsqueda plástica y el desapego con la obra realizada. Obras de todos sus períodos y sus técnicas son destruidas y se registran en el libro. Yesos, y esculturas de alambre que el artista modelaba hasta encontrarle un destino más digno y menos atrevido que ponerle límites a él. Algunos emparentan esos trabajos con la cercanía que mantuvo con Alexander Calder en su período francés, pero Del Prete tenía más cuestiones personales con las fronteras estéticas que con Calder.
Retorna a Italia por primera vez en el año 1953, sin apoyo oficial, exponiendo en Milán, Génova, Como, y no regresa sino 10 años después, en una etapa que se extendería desde 1964 a 1967. Expone anualmente en Albisola, Verona, Brescia, Venecia, Florencia y Roma.
Argentina, su país desde 1929, le impuso el rigor conservador y la Asociación Amigos del Arte, con quien Del Prete compartió muchos años de su desarrollo plástico, le dejó en claro que eran amigos de un arte aceptado por los cánones de la época, amigos de un arte "amigable". Su obra tuvo prolongados silencios debido a lo resistido de su camino, pero que no dejo de andarlos con los zapatos que le enseñara a hacer su padre y a caminarlos él. Hombre premiado a partir de los 60 años, reconocido en Europa, en las Bienales de Venecia y San Pablo, el Museo Nacional de Bellas Artes de la República Argentina cuenta hoy con no menos de siete obras, de las cuales expuestas hay 4, todas abstractas: Abstracción de 1932, Composición geométrica, de 1949, Nocturno abstracto, de 1959, y Composición en verde. La obra figurativa: Desnudo Acostado de 1941, Juicio de París de 1952, y Naturaleza Muerta de 1942, se encuentran en el depósito del Museo, sin exhibirse.
Lic. Ricardo Fainerman